La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) enfrenta un escándalo en su oficina de Guatemala, que ha provocado una investigación interna por parte de la propia organización y la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de las Naciones Unidas.
Según fuentes confiables dentro de la ONU en Nueva York aseguran que, Gardenia Villagrán, quien ocupa el cargo de comisionada de cumplimiento interno ("compliance") en la OIM en Guatemala, está bajo investigación por presuntas filtraciones de información sensible. Estas filtraciones incluyen nombres y estatus migratorio de migrantes y refugiados opositores a los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba, entre otros. La situación ha generado una inquietud particular, dada la vulnerabilidad de estas personas.
Además, Villagrán también está siendo investigada por supuestamente formar parte de una estructura que exige pagos a migrantes a cambio de otorgarles estatus de refugiado. Lo que representaría graves violaciones éticas y legales que comprometen la misión humanitaria de la organización.
El escándalo no se limita a Villagrán. La propia OIM está bajo investigación debido a presuntas irregularidades en la forma de pago a empleados y consultores. Se acusa a la organización de no reportar adecuadamente los ingresos de sus trabajadores, a pesar de la emisión de facturas, lo que podría derivar en problemas fiscales y administrativos.
Estos eventos plantean serias interrogantes sobre la transparencia y la rendición de cuentas dentro de la OIM, así como sobre su capacidad para proteger a las poblaciones migrantes vulnerables que dependen de su apoyo.
La ONU y la OIM no han emitido declaraciones oficiales hasta el momento, pero se espera que los resultados de estas investigaciones se esclarezcan y permitan implementar medidas correctivas para garantizar el cumplimiento de los principios fundamentales de la organización.
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